martes, 23 de febrero de 2010

Hospital

Desde niño fui muy enfermizo, más de una vez tuve que enfrentarme al quirófano, pero últimamente las visitas a mi hospital están siendo cada vez mas frecuentes, es mi 5 vez que tengo que pasar por el bisturí en solo 3 meses, primero fue mi hígado, después mis riñón, continuaron con mi pulmón, y hasta hace poco mi vista, el parche me incomodaba, ya era 2 semanas de esta ultima operación y mis padres siempre estaban allí para cada una de ellas
, siempre me salían con que la operación fue un éxito, pero cada operación en vez de aliviar mi dolor, me despertaba con dolores nuevos, y problemas frecuentes, simplemente me salen con que así es una operación, son los dolores post operación.

En la sala de espera, escuche decir a mis padres que esa seria la ultima operación, que ya no tendría ningún problema y que efectivamente no me quejaría de absolutamente nada, esas palabras me aliviaron, era la hora de la operación, me dijeron que cambiaria un poco el sistema de operación, ellos sabían tan bien como yo que mi sueño era ser un medico, así que me dijeron que podría ser traumarte pero que si quiero ser un medico tendría que acostumbrarme, el momento llego, podía sentir la entrada de la vía, la cual dejo pasar la anestesia, mis sentidos se nublaron, pero estaba consiente, quería gritar que algo estaba mal pero no podía, solo podía escuchar las palabras de los médicos, sentía también el frio en mis pies y los toques que me realizaban en mi pecho.

Escuche risas cuando mencionaron el nombre de un medicamento, uno dijo dejemos que se una a la diversión, con una especie de gancho abrieron mis ojos, estaba completamente desnudo en la mesa de operaciones, mis padres estaban al otro lado del espejo, ellos estaban acompañados de un señor que en la vida había visto, ellos parecían contentos, agarraron un sobre y se estrecharon las manos, el bisturí quedo a la vista, el dolor de ese corte fue inimaginable, pero no podía ni moverme, abrieron mi pecho, tocaban uno de mis órganos, dolor no sentí en ese momento, solo sentí miedo, terror cuando vi k levantaron mis intestinos, y sacaban uno de mis riñones, sangre brotaba de mi parte inferior, no sabia que estaba pasando, lagrimas de desesperación brotaban de mis ojos, y uno de los “médicos” se acerco diciéndome, tus padres te vendieron, y no como la otra vez, esta vez te vendieron por completo, ya que un cuerpo sin corazón no podrá vivir, deseo no escuchar lo que dicen, quiero salir de este lugar, son las 10.40pm, esa es mi hora que empecé a morir.

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