Los días pasaban, no veía a mi familia hace mucho tiempo, cada día uno de nosotros perecía en las manos de nuestro verdugo, nuestro campamento de escuela se había alargado de manera indefinida, la única comida que teníamos hace tiempo era un pedazo de carne podrida que posiblemente pertenecía a uno de los nuestros, el pobre maestro fue el primero en perecer, supongo que por ser la única persona adulta que les podía dar problemas, sabemos que murió rápido, ya que lo mataron en el mismo autobús, no pudo ofrecer resistencia por el hecho que el golde propinado no le dio tiempo a reaccionar.
Quedamos solo 3, somos 2 chicas y un amigo, para ser varón no puedo creer como se retuerce del miedo, siempre esta solo en la esquina no quiere acercarse a nosotras, siempre decía que pronto le tocaría a el, pues ese día era su día, llegaron dos hombres, lo agarraron de los brazos mientras gritaba, sus gritos duraron muy poco, se detuvieron mas rápido de lo que empezaron, un pequeño rio de sangre recorría la puerta cerrada, no me daba por vencida, no iba a dejar que a mis 10 años de edad muera, ya había perdido la fe en que nos vengan a rescatar, pronto no quedaría a quien salvar, mi pequeño cinturón serviría para escapar, siempre jugaba con el, así que me lo saque, y sin que nadie pueda verlo, saque el seguro, no era un gran arma, pero nos ayudaría.
El momento llego, yo tenia esa cosa en mi mano, nosotras nos abrazábamos, temblábamos de miedo, me agarraron rápidamente y antes que sostuvieran mis dos brazos le di el contenido de mi mano a mi amiga, ella salto rápidamente, antes que se levantaran para clavárselo en el ojo, la sangre del asesino recorrió su rostro, me soltó el brazo, aproveche para meterle con toda mi fuerza un dedo en el ojo del otro, fue suficiente para soltarme, corrimos rápidamente por la escalera que daba a la puerta, saliendo vimos 3 personas esperando en una habitación, tenían armas blancas, nos esperaban, y al vernos empezaron a seguirnos, corrimos en línea recta hasta encontrar una puerta con un seguro de madera, lo levantamos tan rápido como pude y salí corriendo, al voltear pode ver por que estaba sola, en la puerta mi acompañante había sido presa de un hacha, el cual había destrozado toda su cabeza, era la ultima persona de ese grupo, ellos continuaban siguiéndome, como despistarlos me metí en el bosque, me acordaba del momento que nos trajeron que pasando el espeso pantano estaba la carretera, mi pasos disminuyeron en ese lugar, el camino tenia demasiado barro, cada momento me estrellaba contra el suelo, mientras ellos lanzaba proyectiles por todo el lugar, un hacha logro darme en mi mano, el cual me privo de dos de mis dedos, mi sentido de supervivencia lograba que no sintiera tanto dolor, logre llegar a la carretera, corrí por la carretera, tenia que haber un carro por allí, un conductor que pasaba se detuvo, me imagino que por la sangre que recorría mi mano, yo me subí rápidamente y le dije que se largara, no quería volver a ese infierno, cuando logre contactar con mis padres, cuando la policía llego encontraron los restos mutilados de mis compañeros, lo único que nunca encontraron fueron sus corazones, cual fue su intención con ellos, nunca lo sabré, pero siempre los recordare, por mis amigos muertos y por mi mano mutilada

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