Los perros de Juan

Como cualquier chico Juan quería una mascota a quien querer y cuidar, la vida de Juan era de lo más normal, el hecho de que algo pasara en su monótona vida era una ilusión, los padres de este decidieron complacer a su hijo, le compraron dos perros, su niñez fue lo mas divertida posible, hasta que sus padres fallecieron, en solo un minuto sus amados padres perdieron la vida en un horrible accidente de transito, el único recuerdo que le dejaron fueron sus dos mascotas.

La vida de Juan paso a ser caótica en la casa de su tía, ella le trataba como si de un sirviente se tratara, podía aguantar lo que sea con tal que el y sus perros pudieran tener un hogar donde vivir, mas un día que el salió a comprar lo que su tía había pedido, descubrió que sus perros no estaban, ni su tía, el espero en la puerta de la casa, ya que en la sala le era prohibido estar, cuando ella llego dijo, con cara burlona, te alimento a ti, así que no pienso gastar mas dinero en esos pulgosos, ve sírveme la comida, desesperado se fue a la cocina, pero no a servir algún plato, agarro uno de los cuchillos, y se fue donde estaba la mujer, para disimular, llevo un plato vacio en la mano, mientras la otra guardaba el arma, escondiéndola debajo de la bandeja de plata, se coloco al costado de ella y volteo la bandeja a su cara, la reacción de la mujer fue pararse, pensado que algún liquido caliente le rociaría el rostro, pero no conto con la puñalada en el estomago, un fuerte golpe llego a la cara del muchacho, lo mando a una esquina, pero la subida de adrenalina lo levanto rápido, golpeo el cuchillo, la mujer cayo al suelo, el saco el ensangrentado cuchillo de sus entrañas, la mujer repetía, que sus perros estaban en el bosque, pero que no le matara, no escucho sus suplicas, solo pensaba en desaparecerla, rápidamente corto su garganta, matándola de inmediato.

Había pasado una semana desde que Juan mato a su tía, nadie sabia su paradero, pero eso si, los perros de Juan estaban mas gordos, es seguro que ayudar a desaparecer a la mujer fue tan fácil como comer para ellos