Solo había pasado una semana desde que decidí mudarme a este pueblo, no solo por mi enfermedad la cual me obligarme a alejarme del olor que provocaba el humo de los carros y del sonido ensordecedor de la gran ciudad, también sentía que necesitaba vacaciones, tener una vida diferente, nada me mantenía en ese lugar, podía hacer lo que quisiera, pero el trabajo que acarrea hacer una nueva vida me frustraba, pero ya había llegado a mi penitencia máxima no solo mi salud mental
ahora la física se me había estropeado.
El pueblo al cual acudí era el mas rustico que habría podido encontrar, todavía conservaba sus creencias ancestrales, sus monumentos de antaño, todo daba que pensar que había regresado en el tiempo por lo menos 200 años, mi casa se alojaba por el lugar mas alejado, quería quietud y haga lo que haga lo conseguiría, no me importaba la soledad así que para mi vivir solo no presentaba ningún problema, el dinero ganado en los 25 años de trabajo me iban a ser suficientes para vivir hasta el día de mi muerte, todo estaba planificado.
La primera noche no podía dormir, el calor que entraba a mi cuarto era insoportable, no podía mantenerme tranquilo en ningún momento, así que para darme sueño decidí salir a caminar, ello me cansaría lo suficiente para caer dormido, me puse una ropa ligera camine un rato por el parque q estaba cerca a mi casa, mientras caminaba observaba que los únicos vecinos que tenia siempre mantenían sus luces encendidas, todas ellas, me pregunte la razón, pero no le di mucha importancia, cualquiera puede derrochar lo que desea siempre que pueda pagarlo pensé, pero, sobresalte cuando descubrí que mi vecino estaba de pie en la puerta de mi casa como esperando alguien, suponía que a mi, pero porque a esas horas de la noche, solo alcanzo a decirme, sal y sálvate, que pronto será luna nueva.
Mientras se alejaba pensé que de todos los lugares que me podría haber encontrado en ese pueblo tenia que ser al costado de un loco, confiado me fui a dormir, sin la mas mínima idea de lo que pasaría dentro de unas horas….
ahora la física se me había estropeado.
El pueblo al cual acudí era el mas rustico que habría podido encontrar, todavía conservaba sus creencias ancestrales, sus monumentos de antaño, todo daba que pensar que había regresado en el tiempo por lo menos 200 años, mi casa se alojaba por el lugar mas alejado, quería quietud y haga lo que haga lo conseguiría, no me importaba la soledad así que para mi vivir solo no presentaba ningún problema, el dinero ganado en los 25 años de trabajo me iban a ser suficientes para vivir hasta el día de mi muerte, todo estaba planificado.
La primera noche no podía dormir, el calor que entraba a mi cuarto era insoportable, no podía mantenerme tranquilo en ningún momento, así que para darme sueño decidí salir a caminar, ello me cansaría lo suficiente para caer dormido, me puse una ropa ligera camine un rato por el parque q estaba cerca a mi casa, mientras caminaba observaba que los únicos vecinos que tenia siempre mantenían sus luces encendidas, todas ellas, me pregunte la razón, pero no le di mucha importancia, cualquiera puede derrochar lo que desea siempre que pueda pagarlo pensé, pero, sobresalte cuando descubrí que mi vecino estaba de pie en la puerta de mi casa como esperando alguien, suponía que a mi, pero porque a esas horas de la noche, solo alcanzo a decirme, sal y sálvate, que pronto será luna nueva.
Mientras se alejaba pensé que de todos los lugares que me podría haber encontrado en ese pueblo tenia que ser al costado de un loco, confiado me fui a dormir, sin la mas mínima idea de lo que pasaría dentro de unas horas….
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