Se sabe que el tunchi es un alma en pena que merodea por los poblados de la selva amazónica, este ser sobrenatural se caracteriza por que antes de atacar a su victima este lanza un silbido característico, este silbido suena como si dijera “fin, fin, fin”, solo ataca a aquellos que se les ocurre repetir el mismo sonido, esta alma diabólica toma eso como un insulto matando a su victima, son pocas las personas que escaparon a este horrible final, yo soy una de ella
s.
Era mi cumpleaños numero 16, y mis amigos me invitaron a tomar unas copas en la casa de un conocido, tanto Manuel y yo nos fuimos juntos ya que aparte de ser amigos del colegio éramos vecinos, quedamos en que si íbamos juntos volveríamos juntos ya que el regreso a nuestras respectivas casas podía ser oscuro y peligroso, nosotros nunca hacíamos caso a lo que llamábamos historia de viejas pues solo veíamos a los cuentos de tunchis como fantasías o imaginaciones creadas por el miedo, el caso es que pudimos escuchar a lo lejos el sonido de un silbido y pensando que es una broma de mal gusto le respondimos con el mismo silbido, al instante el aire alrededor nuestro se torno pesado y frio, simplemente pensamos en correr de aquel sitio pues nos quedaban como 600 metros para llegar a nuestras casas, la sangre y el sudor que recorría mi cuerpo estaban helados y al voltear vi una figura enorme que se acercaba hacia nosotros con una velocidad increíble, en mi desesperación agarre el hombro de Manuel y lo eche al suelo mientras la silueta que nos seguía lo engullía por completo, eso me dio tiempo para alejarme como 450 metros del lugar y estar mas cerca a mi casa, pero mientras corria pude sentir de nuevo el aire pesado y cuando estaba por llegar senti una mano gélida agarrandome por el hombro, de mi corazón salió el grito mas fuerte que pude alarmando a mi madre que estaba esperándome en la sala, al abrir la puerta me vio hecho una masa, estaba tumbado botando espuma por mi boca mientras me agitaba con fuerza.
Ya en mi casa llamamos al padre de Manuel diciéndole lo que paso y sin decir palabra se fue corriendo hacia la dirección de donde había vuelto, no tengo que decir que no quería salir de mi casa, el miedo era mas fuerte que la idea de salvar a mi amigo, solo alcance a escuchar el grito del padre de Manuel al encontrar su cuerpo, mientras yo solo me retiraba a mi cuarto, con la moral hecha pedazos, no pensé que pegaría los ojos para dormir pero lo hice y en sueños vi a Manuel y a ese ser, en el sueño ambos me señalaban con el dedo, la cosa con dedos esqueléticos y Manuel tan pálido como una alma, ellos me decían, pronto vendremos por ti, desde allí nunca pude dormir tranquilo, a la vez que nunca salgo de noche, pues temo que Manuel y el tunchi se venguen de mi.
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Era mi cumpleaños numero 16, y mis amigos me invitaron a tomar unas copas en la casa de un conocido, tanto Manuel y yo nos fuimos juntos ya que aparte de ser amigos del colegio éramos vecinos, quedamos en que si íbamos juntos volveríamos juntos ya que el regreso a nuestras respectivas casas podía ser oscuro y peligroso, nosotros nunca hacíamos caso a lo que llamábamos historia de viejas pues solo veíamos a los cuentos de tunchis como fantasías o imaginaciones creadas por el miedo, el caso es que pudimos escuchar a lo lejos el sonido de un silbido y pensando que es una broma de mal gusto le respondimos con el mismo silbido, al instante el aire alrededor nuestro se torno pesado y frio, simplemente pensamos en correr de aquel sitio pues nos quedaban como 600 metros para llegar a nuestras casas, la sangre y el sudor que recorría mi cuerpo estaban helados y al voltear vi una figura enorme que se acercaba hacia nosotros con una velocidad increíble, en mi desesperación agarre el hombro de Manuel y lo eche al suelo mientras la silueta que nos seguía lo engullía por completo, eso me dio tiempo para alejarme como 450 metros del lugar y estar mas cerca a mi casa, pero mientras corria pude sentir de nuevo el aire pesado y cuando estaba por llegar senti una mano gélida agarrandome por el hombro, de mi corazón salió el grito mas fuerte que pude alarmando a mi madre que estaba esperándome en la sala, al abrir la puerta me vio hecho una masa, estaba tumbado botando espuma por mi boca mientras me agitaba con fuerza.
Ya en mi casa llamamos al padre de Manuel diciéndole lo que paso y sin decir palabra se fue corriendo hacia la dirección de donde había vuelto, no tengo que decir que no quería salir de mi casa, el miedo era mas fuerte que la idea de salvar a mi amigo, solo alcance a escuchar el grito del padre de Manuel al encontrar su cuerpo, mientras yo solo me retiraba a mi cuarto, con la moral hecha pedazos, no pensé que pegaría los ojos para dormir pero lo hice y en sueños vi a Manuel y a ese ser, en el sueño ambos me señalaban con el dedo, la cosa con dedos esqueléticos y Manuel tan pálido como una alma, ellos me decían, pronto vendremos por ti, desde allí nunca pude dormir tranquilo, a la vez que nunca salgo de noche, pues temo que Manuel y el tunchi se venguen de mi.
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