Cansado de mi trabajo decidí tomarme unas vacaciones, el trabajo que estaba me permitía viajar a las diferentes compañías que eran nuestras clientas, pero en mi vida había ido a Haití, así que aprovechando ese momento decidí irme allí, estaba decidido a disfrutar.
Me hospede en una zona central, mi retorno era a la semana, el primer día conocí a una pareja de compatriotas María y José y un autóctonos de zona, un trabajador del hotel al que llamare Eduardo, mi facilidad de hacer amigos era única, había pasado 30 horas desde que llegue a Haití y empezó el desastre, la tierra se sacudió, yo estaba en el segundo piso de un hotel, la idea de bajar era descabellada ya que había gente cayendo de las escaleras y personas atrapadas en los ascensores, María y José salieron de su cuarto con hedor a miedo, mientras Eduardo ayudaba a los huéspedes del hotel. No pasó ni 1 minuto desde que empezó el siniestro cuando las columnas colapsaron, nuestro piso tembló ya no solo por el temblor, Eduardo no aguanto mas e intento bajar sin importarle la seguridad de lo huéspedes, pero ya era demasiado tarde, escombros caían en la dirección que el estaba, mientras yo me acercaba a donde María y José estaban, la razón es que intente encontrar ayuda en seres que lo necesitaban, el piso se fue para un costado mientras caía lo que había sido la columna.
Ya habiendo terminado el terremoto, me di cuenta que me había salvado gracias a esa columna, ella había creado un vacio donde estábamos los tres, al otro lado podíamos oír algunos gemidos, había gente viva allí, la voz podía reconocerlo, era Eduardo, le llame y el grito que su pierna estaba aprisionada con los escombros, no podía moverse gritaba no podía soportarlo, mientras nosotros también teníamos problemas, no me había dado cuenta que María lloraba, solo pensé al inicio que era normal, después de todo habíamos pasado de un problema gigantesco, hasta que vi el cuerpo de José, a este le había atravesado uno de los fierros de la columna, su cuerpo yacía inerte en el suelo, le hable pero ella solo lloraba su perdida, tanto ella como yo estábamos relativamente ilesos, pasaron horas hasta que dejara de llorar, Eduardo todavía seguía hablando, pero llego la noche y con ella un frio insoportable, Eduardo de un momento a otro ya no hablo, mientras el cuerpo de María y el mío poco a poco se entumecía, ella no dejaba de abrazar el cuerpo frio de su esposo mientras yo solamente buscaba alguna fuente de calor, el encendedor que siempre llevaba no era ni suficiente, me lance a abrazarla necesitaba el calor, ella se sobresalto mientras le dije tranquila, necesitamos sobrevivir, a la mañana pudimos escuchar sonidos arriba de nosotros, gritamos como pudimos y lograron salvarnos, mencione que había un sobreviviente mas en la dirección donde estaba Eduardo, pudieron encontrarlo todavía estaba vivo, pero la infección que le provocaba su pierna le ocasionaba una fiebre elevada, llego a sobrevivir pero su pierna derecha no tuvo salvación, tuvo que ser amputado mientras yo y María esperábamos que reanudaran los servicios del aeropuerto.
Me hospede en una zona central, mi retorno era a la semana, el primer día conocí a una pareja de compatriotas María y José y un autóctonos de zona, un trabajador del hotel al que llamare Eduardo, mi facilidad de hacer amigos era única, había pasado 30 horas desde que llegue a Haití y empezó el desastre, la tierra se sacudió, yo estaba en el segundo piso de un hotel, la idea de bajar era descabellada ya que había gente cayendo de las escaleras y personas atrapadas en los ascensores, María y José salieron de su cuarto con hedor a miedo, mientras Eduardo ayudaba a los huéspedes del hotel. No pasó ni 1 minuto desde que empezó el siniestro cuando las columnas colapsaron, nuestro piso tembló ya no solo por el temblor, Eduardo no aguanto mas e intento bajar sin importarle la seguridad de lo huéspedes, pero ya era demasiado tarde, escombros caían en la dirección que el estaba, mientras yo me acercaba a donde María y José estaban, la razón es que intente encontrar ayuda en seres que lo necesitaban, el piso se fue para un costado mientras caía lo que había sido la columna.
Ya habiendo terminado el terremoto, me di cuenta que me había salvado gracias a esa columna, ella había creado un vacio donde estábamos los tres, al otro lado podíamos oír algunos gemidos, había gente viva allí, la voz podía reconocerlo, era Eduardo, le llame y el grito que su pierna estaba aprisionada con los escombros, no podía moverse gritaba no podía soportarlo, mientras nosotros también teníamos problemas, no me había dado cuenta que María lloraba, solo pensé al inicio que era normal, después de todo habíamos pasado de un problema gigantesco, hasta que vi el cuerpo de José, a este le había atravesado uno de los fierros de la columna, su cuerpo yacía inerte en el suelo, le hable pero ella solo lloraba su perdida, tanto ella como yo estábamos relativamente ilesos, pasaron horas hasta que dejara de llorar, Eduardo todavía seguía hablando, pero llego la noche y con ella un frio insoportable, Eduardo de un momento a otro ya no hablo, mientras el cuerpo de María y el mío poco a poco se entumecía, ella no dejaba de abrazar el cuerpo frio de su esposo mientras yo solamente buscaba alguna fuente de calor, el encendedor que siempre llevaba no era ni suficiente, me lance a abrazarla necesitaba el calor, ella se sobresalto mientras le dije tranquila, necesitamos sobrevivir, a la mañana pudimos escuchar sonidos arriba de nosotros, gritamos como pudimos y lograron salvarnos, mencione que había un sobreviviente mas en la dirección donde estaba Eduardo, pudieron encontrarlo todavía estaba vivo, pero la infección que le provocaba su pierna le ocasionaba una fiebre elevada, llego a sobrevivir pero su pierna derecha no tuvo salvación, tuvo que ser amputado mientras yo y María esperábamos que reanudaran los servicios del aeropuerto.

0 comentarios:
Publicar un comentario