Una historia en la cual un macabro homicidio ocurre, la mejor manera de encubrir las huellas es utilizar una tradición regional, nadie podría sospechar que un inocente saludo hacia el nuevo año se pintaría de rojo.
Una tradición vieja tenemos en donde vivimos, siempre para año nuevo se hacen los populares Pilatos, dichos maniquís personifican a los acontecimientos del año que paso, los cuales como símbolo se queman a la medianoche saludando al año que paso, no fue mi intensión, realmente no planee que esto terminara así, el y la mujer que rompió nuestra amistad comparten el mismo destino, mientras el termino con mi daga en el cuello, ella termino golpeada, ultrajada y asfixiada, la locura que cometí me persigue, no sé que hacer mi futuro esta en juego, todo por una mujer, todo por mi cabeza caliente, todo por nada, a mis 18 años, no puedo creerlo, ella me pedía ser mas agresivo y mira lo que hice, el día esta por llegar, su casa de alquiler es nuestra ubicación, agarre sus ropas colocándolos en el piso, mientras que sus cuerpos desnudos eran colocados encima de ellos, tenia mucho tiempo, viendo sus cuerpos desnudos, la rabia volvió a apoderarse de mi, mientras que con un afilado cuchillo me disponía a rebanar esa carne lasciva, poco a poco sus cuerpos se iban deformando, ya no quedaba nada de sus apreciados senos o de sus fuertes brazos, solo eran pedazos de carnes, creía que las ropas que me ella poseía en su cuarto no iban a ser suficientes, pero me basto para colocarlos en bolsas plásticas rodeado de ropa, este año me despedirían de ellos como del año que paso.
Termine un par de horas antes de que empezara el espectáculo, limpie de mi cuerpo toda mancha de sangre, al mismo tiempo sacaba los indicios de pelea de esa habitación, me cambie con el cambio de ropa que había allí, y supo que ya empezó la hora de llevar los Pilatos, compre 2 galones de combustible y en diferente calles eran colocadas los nefastos objetos, junto con una roseada de combustible, me retire de cada uno de los lugares que llegaba, tan rápido como llegaba, nada me podía parar, ya media hora nos separaba de la hora cero, me senté en mi casa, prendí la radio, esperando el inicio del año, mientras mis amigos me llamándome “consolándome” por la perdida de mi enamorada, a las doce arranque el motor pasando por cada uno de los lugares que deje a la infeliz pareja, el fuego rojizo consumía la prueba de mi delito, después de ver mi trabajo terminado, me sentí cansado, me recosté, despertándome el grito de una mujer, se encontraron un sin numero de huesos en toda la ciudad, nadie sabia quienes fueron, sus cadáveres eran irreconocibles, aproveche el momento pues tarde o temprano relacionarían a la pareja con el no todavía caso de desaparición de la pareja, me dispuse a salir argumentando que era para respirar nuevos aires, ahora vivo pensando que me atraparan, mi vida ya no es la misma de antes, me siento enfermo, quiero terminar con el sufrimiento pero no soy tan valiente como para terminarlo
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